La campana de cristal, Sylvia Plath
22:14
Voy a ser directa, no me ha gustado. Se me ha hecho pesado, muy pesado. Llevaba meses queriendo leer este libro debido a mi inmenso amor por Sylvia Plath y por su poesía. Pero debo admitir que ha sido una desilusión bastante grande. Y esto ha sido por diversas razones, que brevemente especificaré:
1. El argumento y desarrollo de la obra son bastante, para no decir muy flojos.
2. Los personajes eran inaccesibles. Imposible ponerte en circunstancia. Imposible saber nada de ellos, a pesar de estar narrado en primera persona, te da la sensación de estar leyendo el diario de una desconocida muy cansina y repetitiva, que necesita doscientas páginas para llegar a la conclusión de que para suicidarse debe tomar pastillas.
3. La obra no pasa de cinco frases remarcables. Y tampoco son muy buenas.
4. Al acabarlo, tienes la sensación de haberte quitado un gran peso de encima. No ha sido una lectura para disfrutar.
Es por eso que no entiendo a qué es debida la gran fama de este libro, y el hecho de que muchos cerebros del cine y la televisión salen leyéndolo en pantalla (Lisa Simpson, la chica de 10 razones para odiarte, ...) Así que decido pensar que el problema soy yo, que no he elegido un buen momento para leer el libro, y que tal vez dentro de diez años me parezca maravilloso. Claramente, de Sylvia Plath, hay que leer la poesía, no la prosa. No lo recomiendo.
7 comentarios
Lo siento si ya no te interesa mi opinión después de tanto tiempo tras la publicación del post pero ahí va (utilizaré la misma estructura que tú):
ResponderEliminar1. El argumento es casi absolutamente autobiográfico, yo mismo pensé que algunos detalles eran rebuscados pero incluso esos detalles aparecen en la biografía. Y por tanto creo que el argumento es sobretodo realista.
2. Creo que la inaccesibilidad a los personajes, la confusión y la extraña línea de pensamiento, incluso el atontamiento, son armas que utiliza SP para expresar ( de forma magnífica en mi opinión, mucho mejor que en cualquier otra obra que he leído) como se siente una persona que se va deprimiendo poco a poco hasta caer en una profunda depresión.
3. Coincido en que no es un libro de frases, pero lo veo más como parte de la “humildad” de la autora que como falta de talento. Aún así la metáfora de la higuera me pareció excelente y muy suya.
4. Este punto ya es absolutamente subjetivo ;)
No pretendo que cambies tu juicio pero creo que deberías leer con una mentalidad más abierta para poder disfrutar de este tipo de obras que son peculiares, no deberías concebir la novela como algo con una estructura, característica y forma rígidas, con personajes perfectamente definidos y comprendidos, argumentos lineales y grandes frases o citas que subrayar y aplicar a la vida, porque esto solo te impide disfrutar de novelas como esta.
Tienes mucha razón en eso de que debo leer este libro con una mente más abierta, y no tan estructurada. Yo también pensé que el problema lo tenía yo ante mi desagrado al finalizarlo. Seguramente, lo más recomendable es que espere unos años más, que cambie un poco, y que vuelva a intentarlo. Seguro que mis ojos ya no serán los mismos ni mi criterio.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu gran comentario, espero que vuelvas pronto!
Presumiblemente puede que no llegues a responder este mensaje pero aun así a casi ya dos años desde tu última publicación te pregunto: ¿Qué tal te fue?. ¿Volviste a darle una lectura?. Yo hace unos días he terminado de leer esta novela y aunque no soy un crítico de buena calaña porque no leo con frecuencia obras y novelas; la trama de La Campana de Cristal es realmente envolvente y significativo si, como te dijo el primer comentario, te tomas el tiempo para adentrarte a la historia. Yo volvía a hojas anteriores para comprender el simbolismo de la "Campana de Cristal" en la que estuvo inmersa Esther Greenwood y que desde sus vivencias en Nueva York fueron desencadenando su paulatina depresión. Metáforas como la de la higuera y de los postes describen sutilmente en palabras como uno se siente cuando pierde interés en aspectos de la vida que gradualmente, hasta bañarte y cambiarte de ropa, pierden relevancia. Me siento aun acongojado por el desenlace de Joan Gilling, más por la intriga que me ha quedado como nudo en la garganta ante la pregunta de: ¿Porqué se suicido?, si se veía una recuperación en su persona; ciertamente en la novela dan ciertos indicios pero finalmente todo quedara en la opinión del lector.
ResponderEliminarSi aun no la leíste de nuevo puede que sea el momento, trata de vivenciar la historia de Esther que hasta en cierta forma fue, literalmente, la de Sylvia Plath. Cuando tengas tiempo cuéntame tu experiencia.
Estimado lector, debo confesar que me ha llenado de gratitud entrar en el blog después de años de ausencia y encontrar tu comentario. Ha sido como una señal (yo creo mucho en estas cosas) de que nunca debí dejar que pasara tanto tiempo. En respuesta a tu comentario, no. No he vuelto a releerme el libro porque he estado muy - quizás demasiado- ocupada. Pero no descarto hacerlo. Pronto voy a poner el blog en marcha nuevamente. Gracias por tu comentario, espero que leas este.
ResponderEliminarNo hace falta decirlo, pero voy a ser tu fan número uno. "Tan sólo hazlo" es una frase de donde se sacan cosas fantásticas.
ResponderEliminarContigo empezó todo de nuevo, Anabel. Gracias.
ResponderEliminarHola, qué tal. Suena bien que retomes tu blog, es catártico escribir y en algún punto (luego de años como este caso) releer tus propias bitacoras y recordar tu antiguo yo y comparar con la que eres hoy en día; y como no, en ocasiones reirte de las ocurrencias. De hecho, cuando puedas dale un releida a esta obra que es digna de volverse a leer una o dos veces más. Que se encuentra bien!.
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